miércoles, 3 de octubre de 2007

Una visita a los jardines secretos de Madrid.

Una de mis debilidades son los lugares escondidos de Madrid, el Madrid que está ahé delante y no vemos. En este caso hablaremos de sus jardines perdidos. La Finca de Vista Alegre, el Olivar de Chamartín o el jardín del Palacio de Linares son algunos de ellos. Entre sus muros esconden capítulos de la historia de la ciudad y, sobre todo, la belleza de los árboles centenarios que en silencio la han visto pasar.

En el Casino de la Reina, jardín situado entre la Ronda de Toledo y la calle del Casino, aún se puede descansar bajo la sombra de algunas acacias y almeces originarios, como hacen los vecinos del barrio de Embajadores. Tambiém hay un palacete de la época, cuando el Casino de la Reina tuvo un importante papel recreativo hasta que Isabel II lo cedió al Estado.

En Carabanchel se encuentra el otro Real Sitio construido durante el reinado de Fernando VII, la Finca de Vista Alegre, que fue diseñada con el estilo de los jardines románticos. En la actualidad se conservan ejemplares de cedros y eucaliptos de la época sorteados por rastros de antiguas estructuras arquitectónicas.

El Olivar de Chamartín, donde acampó Napoleón con intención de conquistar Madrid y donde después se reunirían intelectuales como Ramón Menéndez Pidal, José Castillejo o Dámaso Alonso. Son 23.000 metros cuadrados de olivar, rodeados de los altos edificios propios del corazón de la ciudad, en los que pueden contemplarse 150 ejemplares centenarios.

La casa del pintor expresionista Joaquín Sorolla, quien diseño y dirigió la plantación de sus jardines, de inspiración andaluza, a partir de 1911. En ella ahora está ubicado el Museo Sorolla, dependiente del Ministerio de Cultura

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