viernes, 2 de noviembre de 2007

Carlos V a caballo en Mühlberg. Museo del Prado.

Esta obra es el retrato ecuestre del emperador Carlos V (1500-1558) conmemorativo de la victoria en Mühlberg de las tropas imperiales sobre las protestantes fue pintado por Tiziano en 1548 a los 71 años de edad. El emperador se nos muestra como un "soldado de Cristo" en defensa de la cristiandad. Es uno de los cuadros más famosos de la historia y simboliza lo que fue el reinado del emperador, “un rey, una espada, un imperio”. Carlos V se sentía el único con la capacidad y el deber de encabezar la lucha contra los herejes, tanto protestantes como del Islam.

El Cuadro tiene una compleja simbología que muestra a Carlos en su doble condición de caballero cristiano y heredero de la tradición imperial romana. Ejemplo de ello es la lanza que sostiene el Emperador con su mano derecha y que siendo el símbolo del poder de los césares, también hace referencia al arma de San Jorge y a la lanza que portaba Longinos durante la Pasión de Cristo (soldado romano que clavó su lanza en el costado de Cristo y que a continuación se convirtió al cristianismo).Los antecedentes formales de la composición se han citado en la estatua ecuestre romana del emperador Marco Aurelio (121-180), en diversos modelos de los grabados de Alberto Durero, como El caballero y la muerte, y de Hans Burgkmain.

La armadura del Emperador se conserva en la Armería Real del Palacio Real de Madrid.La obra fue realizada para María de Hungría y se convirtió en la imagen dinástica por excelencia de la Casa de Austria.

El cuadro sufrió el incendio del Alcázar de Madrid en 1734, aunque por fortuna pudo restaurarse. Pasó, con el resto de la colección real española, al Museo del Prado en el siglo XIX, donde en la actualidad se exhibe.

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